miércoles, 31 de diciembre de 2014

Este jueves... relato: La metamorfosis

Este jueves de relatos lo convoca Charo, y se trata de escribir sobre "Ese oscuro objeto de deseo". Puede ser objeto o persona. 
Yo participo con uno de mis microrrelatos, que si bien es muy de ficción, expone una sensación que he experimentado en más de una ocasión: desear a una mujer.
¡FELIZ 2015!
 

La metamorfosis 

por Luciano Doti

Tu boca siempre me había resultado atractiva. No recuerdo un solo día en que no haya deseado que mis labios se posaran sobre los tuyos. Así pasó el tiempo y, de tanto esperar, me convertí en gusano. Como si fuera parte de un cuento de Kafka, una situación desesperante produjo una metamorfosis en mí. 
Ya gusano, me salieron alas coloridas, volé hasta posarme sobre tus labios y al fin pude probar el néctar de tu saliva.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Este jueves... relato: Epifanía

Pepe del blog Desgranando momentos convoca al relato de este jueves. Para el mismo da dos opciones: escribir sobre el invierno o sobre la Navidad. Como yo estoy en el hemisferio sur, elijo la segunda. Participo con este cuento escrito para la ocasión, titulado "Epifanía". 
 

Epifanía 

por Luciano Doti

Daniel no creía en eso de la Navidad. Para él todo era parte de un invento de la Iglesia para adaptar al cristianismo antiguas fiestas paganas. Y lo de Papá Noel o Santa, como se lo llamaba últimamente por la penetrante influencia cultural yanqui, un negocio de los comerciantes para incrementar sus ventas. Así que, Daniel aprovechaba esa fiesta para beber y comer, en ese orden de prioridad. 
Cuando la familia se fue a dormir tras la celebración de ese año, él se quedó en el sillón del living, hacía ya un rato que dormía ahí y su mujer no quiso despertarlo. 
En la madrugada, se le presentó un anciano de barba blanca y ropas de abrigo rojas. Sorprendido, decidió llamar a su familia para que lo vieran, pero se encontraba en un estado en que sus reacciones eran más lentas. En el momento que por fin pudo articular palabra, el visitante ya se había ido. Lo encontraron solo, balbuceando algo acerca de Papá Noel, visita, epifanía... 
La mujer lo miró a él y luego recorrío con sus ojos cada una de las botellas vacías. Resignada, le dio la razón.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Este jueves... poema: Rojo vino

El relato de este jueves lo convoca el blog Y nacimos casualmente, y el tema de la convocatoria es la amistad. Yo no participo con un relato sino con un poema titulado "Rojo vino" que escribí hace por lo menos 10 años, y evoca una de las tantas noches que pasábamos con mis amigos en el bar por aquellos tiempos. 
 

Rojo vino

por Luciano Doti

Una noche más en el bar del barrio,
el lugar de siempre con amigos,
mesa con vino tinto y amistad.
Madrugada eterna con la luna;
el rojo vino en la sangre roja
aviva el espíritu soñador.
El día despunta y la luna va;
la estrella del este nos alumbra;
ha puesto fin a la velada.

lunes, 15 de diciembre de 2014

La muerte en Navidad

por Luciano Doti
 

Esa tarde Alfonso se preparó de manera especial. Se bañó y se puso sus mejores galas.
Ya en la noche, sentado a la mesa, comió el pavo relleno que había cocinado su esposa, acompañado por las deliciosas guarniciones y una cervecita bien fría. Luego, tal cual la tradición, bebió la sidra, con pan dulce y frutas secas.
Comenzó a sentirse extraño; el habla del resto de los comensales le llegaba como un murmullo. Entonces, se desplomó.
El resto es muy raro: un gordo barbudo de Laponia, ataviado con ropas de abrigo rojas, lo llevaba en un trineo hacia las estrellas.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Este jueves... Relato: El intruso

La convocatoria de este jueves la hace Charo, y es para escribir relatos relacionados con cualquier tipo de Objeto Volante No Identificado (o Unidentified Flying Object): avistamientos, persecuciones, abducciones, contactos con seres extraterrestres... todo lo que nuestras mentes se atrevan a imaginar. Yo participo con uno de mis microrrelatos sobre contactos con otros seres inteligentes, titulado "El intruso". 


El intruso

por Luciano Doti

Los perros vieron una luz potente en el campo y comenzaron a ladrar. Un raro espécimen apareció en medio del resplandor y caminó hacia el casco de la estancia. Alertado por los ladridos, el capataz salió a enfrentarlo. El intruso, advertido de su superioridad física, no se dejó intimidar; si el informe de inteligencia era correcto, nadie en la Tierra podría vencerlo en la lucha cuerpo a cuerpo. Pero el informe contenía algunas omisiones; los terrícolas no peleaban siempre cuerpo a cuerpo, menos para defenderse del ataque de un desconocido en plena noche. 
Eso lo supo cuando sintió que la munición del Remington le perforaba el corazón.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Los jueves: Relato. Carta de un perro

La consigna para este jueves de relato convocado por The Daily Planet's Bloggers es escribir cualquier tipo de carta. Yo elegí hacer una escrita (o dictada) por un animal. 


Carta de un perro

por Luciano Doti

Hola. Aunque soy un perro, tengo la capacidad de comunicarme telepáticamente con quien escribe este texto. Así que, conforme le voy dictando, él lo plasma en letras. 
Quiero decirles que me gustaría que ya no tiren petardos. La verdad es que la pirotecnia es algo muy molesto para mí. Mis oídos son muy sensibles, por lo que escucho lo mismo que ustedes pero amplificado varias veces. Al hacerlo, sufro de taquicardia y siento que voy a morir. Quiero pasar una Navidad y un Año Nuevo tranquilos, sin sobresaltos, y considero que como parte de esta sociedad (dado que soy un animal que convive todo el año entre ustedes) tengo derecho a eso. 
Quizás esto les suene cursi, en todo caso tan cursi como las frases que publican algunos humanos en las redes sociales. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Este jueves... (micro) Relato: Coulrofobia



La convocatoria para el 27 de noviembre de los relatos jueveros fue hecha por el blog La Plaza del Diamante y es acerca de cumpleaños. 
La anécdota que más recuerdo de esa clase de eventos es la de la vez que siendo niño fui a uno en que había una payasa, y me asusté tanto que salí corriendo. 
Muchos años después, supe que la fobia a los payasos se denomina coulrofobia, y en su honor escribí el siguiente microrrelato que acompaño con una imagen del payaso de It, del maestro Stephen King.



Coulrofobia

por Luciano Doti

Cuando su alma recién creada flotaba en el éter, había visto de lejos a un demonio. Desde entonces, el recuerdo de su rostro había quedado grabado en su conciencia. 
Ya encarnado en un ser terrenal, siendo niño, fue a un cumpleaños, y al ver el rostro del payaso, se estremeció.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

La estaca (Relato Juevero)



Con este cuento participo por primera vez de los relatos jueveros, que en esta ocasión convoca Leonor. Las pautas son las obsesiones y no usar más de 350 palabras.



La estaca

por Luciano Doti

Al principio fue sólo un pequeño interés en ella. Apenas una manera de ocupar el tiempo y de paso ver algunas fotos de una chica atractiva. Pero de a poco comenzó también a leer sus actualizaciones y, de esa manera, se dio cuenta de que era más que su belleza. O quizás no. Tal vez todo era obra de un rostro que le transmitía una sensación dulce y de un cuerpo escultural. Nunca se sabe si lo que siente o piensa una persona de otra, que se ha convertido en objeto de su obsesión, puede presumir de ser un concepto cargado de objetividad. Por lo tanto, en este caso era imposible saberlo, dado que, para entonces, ella ya se había convertido en su obsesión. 
“Stalkear” es una palabra que se puso de moda para describir el acto de visitar permanentemente el perfil de otra persona en una red social. Estar al tanto de cada cosa que hace, que dice, que siente... También saber si hay alguien en su vida. Es notable cómo, para una persona perturbada, el hecho de poder visitar el perfil de otra se convierte en la manera de vivir la ilusión de que se tiene una relación con ella. Relación platónica, aunque relación al fin. La persona perturbada era Leandro y la otra Loana. 
Leandro supo, por la información virtual que manejaba, que Loana se estaba viendo con un joven. Por algún motivo, empezó a considerar que ese joven llamado Marcos era extraño, exótico, acaso sobrehumano... un vampiro. No permitiría que a su chica le pasara nada. Lo eliminaría. Se le antojó revelador lo parecidos que son los verbos stalkear y estaquear. No había dudas de que el destino le enviaba un mensaje. Lo esperó una noche, cuando Marcos regresaba de estar con Loana, y cumplió con su deber. 
Ahora, Loana publica fotos de su novio, acompañadas de frases que le prometen eternidad.

martes, 4 de noviembre de 2014

Caperucita

por Luciano Doti

Una tarde, Caperucita Roja fue a visitar a su abuela, que vivía retirada en una cabaña del bosque, con la advertencia materna de que por ningún motivo dejara que la alcanzara la noche en ese lugar.
Como era algo distraída, se puso a recolectar flores y equivocó el camino, tomando uno más largo. Tanto demoró entre la longitud del trayecto y el tiempo perdido con las flores, que cuando llegó a destino ya brillaba la luna llena.
Dentro de la cabaña, su abuela estaba tendida en la cama y había sufrido cierto grado de transformación.
Caperucita no pudo reprimir un grito de horror, el cual fue oído por un leñador que esa noche, como tantas otras de luna llena, patrullaba el bosque.
El leñador acudió en su ayuda, ingresó a la cabaña justo cuando la abuela se lanzaba sobre su nieta y, munido de hacha, decapitó a la anciana.
Fue entonces que Caperucita perdió la inocencia. Supo la razón por la que su madre no quería que la alcanzara la noche en el bosque y aprendió una nueva palabra: "licantropía".

sábado, 18 de octubre de 2014

Quijote

por Luciano Doti

La joven esperaba el colectivo al costado de una ruta, en una zona suburbana. Unos hombres nada buenos se acercaron a ella. Entonces, apareció Alonso Quijano, a caballo, y los puso en fuga.
—¿Cómo te llamás? —preguntó él, cuando quedaron solos.
—Dulcinea, ¿y vos?
—Alonso, pero me dicen “Quijote”.

Publicado por primera vez en la antología Porciones del alma. Diversidad Literaria, España, 2013.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tal vez soñar

por Luciano Doti

Él le había prometido mil veces que se casarían. Ella guardó su palabra en el mismo lugar que guardaba sus cartas escritas con pluma de poeta maldito: junto al corazón.
Pasaron los años y él seguía considerando que no era el momento, que para qué apurarse, que tenían toda la vida por delante…
La dama de cabellos de fuego compró un vestido blanco con encaje que la hacía lucir radiante. Creía que su enlace ya era inminente, no podía demorar más. Quería unirse a él hasta que la muerte los separe. Pensar eso hizo que una idea atravesara su mente: nadie tiene la vida comprada. Quizás fue premonitorio.
Él murió. Ella lo lloró, apretando sus cartas contra el pecho.
El otoño es el final de un ciclo. Consiguió un esqueleto de plástico que simulaba ser el de su malogrado enamorado, se vistió con el vestido blanco sin estrenar, bebió una copa con un sabor raro y, abrazada a ese esqueleto, se recostó sobre las hojas secas.
Ahora no estaba en los brazos del esqueleto sino de Morfeo, y navegaban juntos sobre la barca de Caronte.

sábado, 13 de septiembre de 2014

El espejo


por Luciano Doti

Siempre me habían gustado las pelirrojas, y esa chica parecía ser la dama de mis sueños.
Comencé a seguirla esperando entablar una conversación con ella, o al menos para poder observarla, recrearme en su belleza. Al principio insinuó tolerarme, pero llegó el momento en que se detuvo, tomó una piedra del suelo y empuñándola me miró fijamente a los ojos.
—Dejame en paz —me dijo seria; había algo encantador en ella cuando se ponía seria.
—Si te dejo en paz desaparecerás, ya que sólo existís en mi mente —le advertí.
—¿Es que no lo entendés? Sos vos el que no existe en esta dimensión. Aquel día, al seguirme, por mirarme a mí te distrajiste y te atropelló un auto. Moriste, y desde entonces te me aparecés de madrugada en este espejo.
Me arrojó la piedra y el espejo se astilló. Quedó sola contemplando su propia imagen fragmentada. Ambos nos sentimos aliviados.

Publicado en la antología Grageas 3, Desde la Gente Ediciones - IMFC, 2014.

sábado, 30 de agosto de 2014

Casa nueva


por Luciano Doti

Es madrugada. No hay nadie en casa. Al menos no debería haber nadie. Pero oí ruidos en la cocina y me levanté de la cama.
La puerta entornada deja pasar un rayo de la luz que yo dejé apagada. En otra situación pensaría que se trata de ladrones, pero ya estoy consciente de que aquí suceden eventos extraños.
No es una persona, tampoco un roedor. Es alguien que acciona y mueve cosas sin tocarlas, y a quien debo explicarle que ya no vive en este lugar; y cuando digo “este lugar” no me refiero sólo a la casa.
Es una tarea difícil esa de hacerle entender que se vaya. Es obvio que ésa es la razón por la cual los herederos de la mujer que se suicidó me vendieron su propiedad a tan bajo precio.

sábado, 23 de agosto de 2014

Obsesión vienesa

por Luciano Doti

He pasado las últimas semanas con una idea dando vueltas en mi cabeza. La idea ha devenido en obsesión. Intentando dilucidar me adentré en las elucubraciones de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis. En mi mente se han mezclado mi idea primigenia junto con sus casos de estudio; pese a que cien años separan a uno de los otros, todos se han ido acoplando.
Mi problema tiene origen en Buenos Aires, pero de tanto pensar en el psicoanálisis, me he transportado a Viena; acaso tengan puntos en común mi ciudad natal con la capital austríaca. Hay quienes dicen que Buenos Aires, la reina del Plata, es la antigua capital de un imperio que jamás existió, y Viena lo fue del imperio Austro-Húngaro, he allí algo en común.
La ciudad de Viena me ha seducido siempre; sus historias de emperadores, príncipes y doncellas, tanto las reales como las ficticias; los Habsburgo y su conexión con España e Hispanoamérica; la música clásica; Strauss, Mozart… la sola mención de su nombre hace que me adentre en una dimensión de armonía y pensamientos tan elevados, que me resulta imposible plasmar en el papel. También, al evocar Viena, vienen a mí relatos de vampiros, muchos de ellos ambientados en esa geografía.
Recuerdo la dulce melodía del vals “Bello Danubio azul”, como sonaba en cierta iglesia de Buenos Aires, durante un enlace marital, pequeño festín burgués. El viento arremolinando el vestido largo de una de las damas de honor, y sus piernas…
¿Cómo hallar el origen de una obsesión? ¿En qué momento nos obsesionamos con algo? Sólo queda retroceder más y más; bucear en lo profundo de nuestros recuerdos, hasta encontrar algo, ese algo que hoy nos obsesiona y ayer apareció por primera vez.
Fue en aquella boda, en aquella iglesia, que yo me obsesioné con ella, con la dama de honor. En el caso de que no hubiera algo previo, porque hay quienes afirman, desde teoría kármicas, que fascinaciones que experimentamos ante determiandas personas que se cruzan en nuestro camino, son una consecuencia de vidas anteriores. ¿Estaremos viviendo nosotros hechos gestados en vidas anteriores? Así como los vampiros arrastran siglos de historias personales, ¿estaremos nosotros también llevando encima el mismo bagaje, sólo que no lo recordamos explícitamente?
Así que, recordar el vals vienés me llevó a Freud, en particular al caso de una paciente que no asume una tendencia inconveniente para la época. Resultaba posible que la dama de honor tuviera, aunque sea de manera leve, la misma tendencia; esto lo sabía por comentarios, aunque en el caso de ella esta tendencia no excluía la otra; por suerte para mí, se trataba sólo de un juego y no más. También en las historias de vampiros, las féminas colmilludas suelen practicar esos juegos entre ellas.
Aquella boda sucedió hace ya unos años, pero en las últimas semanas volvió a mí el recuerdo de la dama de honor; un encuentro fortuito con ella lo reinstaló en el presente. Desde entonces, tengo la idea de lograr un acercamiento.
Pese a lo intrincado de las teorías freudianas y kármicas, yo soy sólo un hombre obsesionado con una mujer. No pretendo un final en el cual suene “Bello Danubio azul” en una iglesia, ni un imposible beso sangriento que nos una eternamente cual vampiros; me conformaría con mucho menos.