miércoles, 28 de enero de 2015

Este jueves... relato: Nis-Man

El relato juevero de esta semana es convocado desde el blog JulianoElApóstata, y la consigna es escribir sobre el caso Nisman. 
Yo participo con una ficción escrita para la ocasión, protagonizada por un superhéroe llamado Nis-Man. 


Nis-Man 

por Luciano Doti


Nis-Man era el superhéroe que tenía a su cargo la lucha contra el crimen en Buenos Aires. Sus colegas Super-Man, Bat-Man y He-Man habían sido asignados a otras metrópolis del mundo.
Su guarida estaba ubicada en Puerto Madero. Era allí donde poseía su centro de operaciones con base de datos. Entre la documentación que guardaba, es posible que hubiera cosas que complicaban al Gobierno y a la República Islámica (teocrática) de Irán.
De civil, Nis-Man era Alberto Nisman, un fiscal que como tal luchaba por la misma causa que en su carácter de superhéroe, aunque de un modo más institucional. Precisamente en su calidad de fiscal había sido convocado a una audiencia en el Congreso de la Nación. Faltando pocas horas para ello, apareció muerto.
Son varias las conjeturas que pueden hacerse teniendo en cuenta el calibre de la acusación que realizara oportunamente. Tampoco hay que descartar que conocieran su identidad oculta, digna de una historieta.
Hoy, como si se tratara de un capítulo del Chapulín Colorado, nos preguntamos:
<<Y ahora, ¿quién podría ayudarnos?>>



miércoles, 21 de enero de 2015

Este jueves... relato: Amada inmortal

Este jueves la convocatoria para escribir un relato la hace el blog La Plaza Del Diamante, y la consigna es que trate sobre "Llorar... de felicidad". 
Yo participo con una microficción en la que el protagonista llora de emoción hasta que sucede algo que le produce una gran felicidad. 


Amada inmortal
 
por Luciano Doti

Un hombre lloraba sobre la tumba de su amada. El cielo se nubló y un relámpago anunció la tormenta.
La lluvia copiosa se mezcló con las lágrimas formando un lodazal en la tierra aún fresca.
El hombre, cual artesano, modeló una mujer a imagen y semejanza de su amada, y al besarla en la boca le influjó el aliento vital que le faltaba.
Luego, el alma de su amada inmortal, que rondaba cerca, se introdujo en ese ser, y el lodo se hizo carne.
 

martes, 20 de enero de 2015

Inteligencia perdida


por Luciano Doti

Hay una práctica adolescente que hace dilapidar vitalidad. Especialistas advierten que produce fatiga crónica, incapacidad para concentrarse, perdida de memoria y hasta se ve afectado el coeficiente intelectual...
Pablo no hizo caso a esas advertencias y continuó con su vicio. Era para él la única manera de paliar las ganas de estar con una mujer.
Llegó el día en que conoció a una chica que estaba dispuesta a salir con él. A modo de romper el hielo, le preguntó:
—¿Qué es lo que más te gusta en un hombre?
—Su inteligencia —respondió ella, y Pablo no comprendió cómo podía decir eso. De hecho, entender cualquier cosa ya se había convertido en ardua tarea para él.
 

miércoles, 14 de enero de 2015

Este jueves... relato: Cuervos al acecho

El relato juevero de esta semana es convocado por María Moreno, y es un ejercicio de escritura creativa. Para el mismo da varias opciones; una de ellas, la elegida por mí, es escribir un texto con las palabras edad bestia tenderete falsificador cuervo. Me salió un cuento que titulé "Cuervos al acecho".



Cuervos al acecho

por Luciano Doti

A edad muy temprana, Jorge había comenzado su carrera de comerciante con un pequeño tenderete en una feria barrial. Desde el momento inicial, mostró una gran habilidad para las ventas; la cual consistía en lograr no sólo que los clientes compraran su mercadería, sino que además se fueran felices con ella. No era ésa su única destreza: también era capaz de falsificar las etiquetas y logotipos de las grandes marcas; la indumentaria de imitación era su especialidad.
Un día, se le presentó un hombre fornido que había recibido la encomienda de hacerle entender que no podía seguir utilizando falsamente esas marcas reconocidas. El hombre en cuestión era una bestia, presagiaba problemas, de esos que incluyen violencia. 
Al cerrar su puesto esa noche, un auto lo siguió detrás. Jorge manejaba una camioneta un tanto menos veloz que ese auto; en la guantera llevaba un arma virgen de disparos. Tuvo que detenerse en la luz roja de un semáforo. Su perseguidor, “La Bestia”, se posicionó para dispararle. Él se había imaginado algo así, por lo que ya empuñaba el arma de la guantera. Disparó primero y por primera vez. Salvó su vida, pero una cámara de vigilancia urbana lo dejó filmado.
Ciertos abogados suelen recibir el mote de cuervos negros. Cuando la filmación llegó al bufete de los letrados que patrocinaban a las grandes marcas, todos ellos se frotaron las manos.

miércoles, 7 de enero de 2015

Este jueves... relato: Dulce condena

El jueves de relato de esta semana es convocado por JulianoElApóstata, bajo la consigna "Ay, se fue la luz y ya llevamos sin ella 20 días...". Yo participo con uno de mis microrrelatos titulado "Dulce condena". 


Dulce condena 

por Luciano Doti

Era la jornada más calurosa del año. Sudaba como un condenado, pero no podía parar de escribir. Estaba enviciado con la literatura. De repente, al igual que venía sucediendo a cada rato en los últimos 20 días, se cortó la luz. Siempre pasa lo mismo con esos calores; la gente pone los aires acondicionados al mango. Se acercó a los enchufes para ver si se había desconectado algo. Chorreaba sudor. 
Volvió la luz. El sudor que caía sobre la zapatilla de los enchufes provocó un fogonazo y él quedó pegado; se sacudió, tuvo convulsiones. Se cumplió su destino: estaba condenado a morir por su vicio literario. 

viernes, 2 de enero de 2015

La muñeca


por Luciano Doti


Aquel verano, mi amigo Damián y yo deberíamos tener unos 12 años. Su hermano Pablo 9 ó 10, no recuerdo bien. La cuestión es que muchas veces pasábamos la tarde solos en su casa. Estábamos de vacaciones, y sus padres trabajaban.
Era una casa de dos plantas. Nosotros estábamos mayormente arriba, donde tocábamos la guitarra, o en la terraza, para observar el barrio y, tal vez, alguna chica.
Cuando queríamos cualquier cosa de abajo, generalmente le pedíamos a Pablo que la fuera a buscar.
La hora de la siesta era silenciosa, muy tranquila. En la Lomas del Mirador de esa época había menos autos y gente. La casa se mantenía oscura, ya que por el intenso sol se dejaban las persianas bajas. Silencio y oscuridad.
La madre de Damián tenía una muñeca que había conservado de su infancia. Era una linda muñeca; si uno la miraba fugazmente entre penumbras, podía pasar por una niña con una apariencia algo demodé. De hecho, ese look de niña antigua la hacía un tanto aterradora; eso y que daba la sensación que observara desde su taciturna quietud.
Una de esas tardes, Pablo bajó a buscar una bebida. Al regresar parecía un poco lívido y perturbado. Entregó la bebida a su hermano, pero éste la desaprobó:
Te pedí la otra.
Bueno, no sé, agarré ésta y subí... ahora sí, definitivamente parecía perturbado.
¿Por qué? ¿Qué pasa?
...
¿Qué?
La muñeca se movió.
Nos miramos con Damián y bajamos los tres de inmediato, entre intrigados y divertidos.
Al llegar al piso inferior, comenzamos a caminar despacio, y hablando poco y en voz baja. Pablo nos había contagiado algo de su temor.
Espiamos a la muñeca desde la puerta del ambiente en que se hallaba, como si se tratara de una persona real. La muñeca miraba para otro lado, no nos vio. Nos pareció obvio que no nos viera.
Fuimos a la cocina y agarramos la bebida que queríamos, dejando en su lugar la otra. Luego nos dirigimos arriba. Pero antes echamos otro vistazo a la muñeca. Nadie dijo nada y seguimos caminando, esta vez no tan despacio.
Creo que los tres habíamos visto lo mismo: en la segunda inspección, la muñeca miraba hacia la puerta, hacia nosotros.