Nombre
y apellido:
Luciano Sebastián Doti
Comisión: Prof. Silvia
Jurovietzky
PARCIAL
DOMICILIARIO
Postule un
eje de análisis y desarrolle una lectura crítica de uno o más cuentos de
Rodolfo Walsh. Articule, según corresponda, con algunos de los conceptos
teóricos desarrollados a lo largo de la cursada y con los artículos críticos
pertinentes (Cada comisión tendrá su propio corpus de cuentos).
Objetivos:
Este
trabajo se propone analizar algunos cuentos de Rodolfo Walsh, prestando
especial atención al tema de quién tiene
derecho al arte y qué es arte
que está presente en Fotos y Nota al pie, aunque sin dejar de atender el
trasfondo social que se encuentra en ellos y en Cartas.
Desarrollo:
En
Fotos y Nota al pie el tema es quién tiene derecho al arte y qué es arte. En
ambos también se ve la opresión de la que son víctimas precisamente los
personajes que pretenden tener derecho al arte.
Fotos
tiene como narrador en primera persona a “El Negro”, Jacinto Tolosa (h),
estudiante de derecho/abogado, hijo de un hacendado y abogado que fue senador
provincial durante la década de 1930 (década infame, de restauración
conservadora tras el derrocamiento de Yrigoyen). En su relato cuenta algunos de
los hechos que llevaron al suicidio a su amigo Mauricio Iribarri, fotógrafo. Y
al ser suyo el punto de vista, busca deslindar tanto su responsabilidad como la
de los de su clase.
En
su ensayo sobre Baudelaire, Walter Benjamin habla del shock. Mauricio busca las
imágenes que le producen shock. El mundo
está acá. Es cuestión de verlo. El campo cuando sale el sol, los tipos en el
boliche jugando al codillo, una muchacha nuevita paseando por la plaza, todas
esas cosas que si no las agarrás de alguna manera, se te van para siempre. –Es
como agarrar el agua. -¿Y vos no escribís tus versos? Se te ocurre una idea que
te gusta y la sujetás para que no se vaya. -¿Pero vos qué ponés? Un artefacto
mecánico, que no piensa, que no elije. Es como decías vos, apretás el
disparador y la cámara hace lo demás. En eso no puede haber arte.
Una
de esas fotos tomada por Mauricio le
produce una serie de sensaciones, le provoca recuerdos vividos en ese paisaje,
como la contemplación melancólica de la que también habla Benjamin. Remata esas
sensaciones con una suerte de punctum y
en todas partes estaba escrita la muerte. Sin embargo, el Negro rechaza que
sea arte. En todo caso, si un
ordenamiento así resultara artístico, el creador sería el creador de los medios
-la máquina Kodak-. Si el elemento
natural no se puede subordinar o eliminar, no hay arte, como no lo hay en la
naturaleza misma.
Mauricio
responde en un párrafo aparte, la separación en bloques busca mostrar dos
clases sociales diferentes: No, viejo, si
ya caigo. El arte es para ustedes. Si lo puede hacer cualquiera, ya no es arte.
No te preocupés, si ahora lo hago para morfar no más -se dedica a hacer
retratos, para ganarse la vida, en un lugar que terminará incendiado momentos
antes de su suicidio-.
Sobre
este tema, en sintonía con la postura de Mauricio, dice John Berger: “Toda
imagen, sea fotográfica o no, implica un modo de ver sobre el objeto, un punto
de vista, e implica un recorte, un marco, que lo decide el sujeto”. Y Susan
Sontag: “Las fotografías tienen manipulación, son una representación del mundo
como las pinturas y los dibujos”. Por el contrario, a favor del Negro se
encuentra André Bazán: “En las artes tradicionales media un sujeto, en la
fotografía una máquina que no representa, capta como una huella digital”.
La
modernidad dividió la cultura en dos: una para un grupo de personas selectas y
otra para las masas. La tecnología se incorporó como una herramienta útil tanto
para la difusión como para la producción. Para Theodor Adorno, el arte masivo
es industria cultural, no es arte. Benjamin era de la idea de que estas obras
producidas o reproducidas mediante la tecnología carecían de aura, esa esencia
que poseían las obras anteriores haciéndolas únicas. Para él, se producían
montañas de basura, pero era optimista, al igual que Bertolt Brecht, en que la
masividad podía aprovecharse a favor de la difusión de una cultura socialista.
A propósito de Brecht, en estos cuentos realistas de Walsh se perciben
procedimientos vanguardistas, en la puntuación, por ejemplo, o en Nota al pie,
donde esa nota va aumentando su tamaño desde abajo hacia arriba, mostrando
gráficamente como el trabajador (de abajo) contradice la versión oficial del
gerente (de arriba). Podríamos definirlos como un realismo brechtiano.
León
De Sanctis, el traductor, es también un muchacho perteneciente a una clase
popular, supo trabajar en una gomería y, tras un curso de inglés, comienza a
hacer traducciones. Ese trabajo produce una transformación en él, las novelas
policiales y de ciencia ficción que al principio le atraían, tiempo después empieza
a percibirlas como un género menor. He
vivido perpetuando en castellano el linaje esencial de los imbéciles, el
cromosoma específico de la estupidez. En más de un sentido, estoy peor que
cuando empecé. Sus manos se van volviendo más pulcras. Le pide al gerente,
Otero, hacer otro tipo de traducciones, pero éste lo convence de seguir con lo
mismo, lo rechaza. Cuando le pedí que me
probara en otras colecciones de la Casa, usted se negó: es más difícil traducir
novelas policiales que obras científicas o históricas, aunque se pague menos.
Incluso se plantea escribir él sus propias novelas. (…) fantaseé que yo mismo podía escribir. Usted me disuadió, con razón.
Se presenta ahí otra vez la pregunta: ¿quién tiene derecho al arte? ¿El gomero
venido a más? ¿Mauricio, otro trabajador con inquietudes?
En
Fotos, como en Cartas -ambos cuentos están relacionados-, los que tienen
derecho a todo son los que siempre lo han tenido. Ellos tratan de impedir la
movilidad social, en una época en la que se está conformando la denominada
“clase media” argentina. En Cartas, Domingo Moussompes es acusado injustamente
de robar ganado, luego encarcelado y, tras gastar mucho dinero en sus asuntos
legales, forzado a malvender sus campos a Tolosa, padre del Negro. También en
Nota al pie León se ve obligado a empeñar su máquina de escribir para costear
sus gastos médicos cuando se enferma.
Los
personajes de estos cuentos son variaciones de un mismo tipo, al estilo que
propone la teoría realista de Georg Lukács. Están los poderosos (los Tolosa,
Otero) y los que sufren ese poder (Mauricio, Moussompes, León). El autor
muestra la injusticia de una sociedad altamente jerarquizada, con roles
asignados a sus miembros. Mauricio, León y Moussompes son tres personajes que
comparten un lugar muy parecido en la pirámide social y un destino común: los
dos primeros se suicidan, el otro va preso.
Mauricio
se suicida, en el mismo lugar donde había tomado la foto que ocasionó que el
Negro diera su definición acerca de qué es arte. Para hacerlo, diseñó un
mecanismo para fotografiar su propia muerte. (…) le has puesto un hilo atado del gatillo que viene hasta el
disparador de la cámara donde trato de meterme para ver qué estás haciendo y
qué es eso que te borra un costado de la sien. El laboratorio dice que el
negativo es defectuoso y que no se pudo mejorar la copia. Pero yo pienso que
vos buscaste ese efecto (…) Un truco vulgar (…) Al fin Mauricio parece
haber logrado una foto aun más aurática que la anterior. ¿Qué más aurático que
la propia muerte? Ese momento sublime retratado por él mismo, y ese efecto
donde el elemento natural está subordinado. Sin embargo, el Negro no puede
evitar calificarlo como vulgar. Es que se da algo curioso en esa relación entre
ambos: el mejor situado en la pirámide social envidia al desfavorecido y sólo
su mejor situación le permite derrotarlo.
En
el reportaje que en 1970 le hace Ricardo Piglia, Walsh deja una definición
tanto a favor de la literatura como reflejo de la sociedad como de qué debe ser
el arte: “Yo hoy pienso que no sólo es posible un arte que esté relacionado
directamente con la política, sino que no concibo hoy el arte si no está
relacionado directamente con la política, con la situación del momento que se
vive en un país dado; si no está eso, para mí le falta algo para poder ser
arte”.
Conclusión:
Los
cuentos de Walsh son realistas y sus personajes tienen un tipo social pero
también un perfil psicológico y no están dados desde el principio, de lo
contrario serían panfletos. Fotos y Cartas son más del estilo nouvelle, por lo
extenso del tiempo narrativo que abarcan y la presentación de los personajes. Tras
leer estos cuentos realistas, se puede intentar responder quién tiene derecho
al arte en la vida real. Resulta obvio que a personas que son consideradas
inferiores no se les reconozca el derecho a producir o consumir arte, ya que el
arte suele ser legitimador de las diferencias sociales. Para la otra pregunta,
¿qué es arte?, una respuesta posible sería que es una representación de un
objeto mediada por un sujeto, aunque a veces también intervenga la tecnología.
En este caso, la representación del objeto está mediada por Walsh, y para él, el
arte debía estar relacionado directamente con la política.
Bibliografía consultada:
-FORD, A. “Walsh:
la reconstrucción de los hechos”, 1969.
-PIGLIA, R. “Entrevista
de Ricardo Piglia a Rodolfo Walsh”, 1970.
-ROCCO CUZZI, R.
“Los caballos…”, 1998.
-PIGLIA, R. “Conferencia
¿Qué va a ser de ti?”, 2000.
-LINK, D.
“Rodolfo Walsh y la crisis de la literatura”, 2003.
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